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miércoles, 1 de junio de 2016

Reválida en Bachillerato, ¿cómo serán las pruebas?

Evaluación final de Bachillerato

Para presentarse a la prueba final de Bachillerato, deberán haberse aprobado todas las asignaturas cursadas
Es la prueba definitiva. La temida selectividad se sustituirá por una evaluación al final de Bachillerato, en la que los alumnos deberán demostrar sus conocimientos. El aprobado corresponderá, como en los casos anteriores, a una nota igual o superior a 5 sobre 10. Cuando se hayan aprobado todas las materias, pero no se supere la evaluación final, el alumno obtendrá un certificado "que surtirá efectos laborales".

Para presentarse a esta prueba, los alumnos deberán haber aprobado todas las materias cursadas. No será posible examinarse si tienen alguna asignatura pendiente de aprobar o suspendida. De nuevo, será el Ejecutivo el encargado de decidir las características de las pruebas, aunque se consultará a las comunidades autónomas.

En cuanto al acceso a la universidad, en algunos casos bastará con la nota final de Bachillerato, aunque en otros, estos centros establecerán sus propios requisitos de acceso.
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Reválida en Segundaria, ¿cómo serán las pruebas?

Exámenes de evaluación en Secundaria

En ESO, habrá una evaluación tras el primer ciclo, sin efectos académicos, y otra tras cuarto curso
La evaluación en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) será "continua y diferenciada según las distintas materias". Habrá una prueba al finalizar el primer ciclo, pero esta carecerá de efectos académicos. Tendrá carácter informativo y servirá para comprobar el ritmo de aprendizaje de los alumnos y su grado de adquisición de competencias básicas.

Cuando terminen el cuarto curso de ESO, los estudiantes se enfrentarán a una nueva prueba. Esta vez la evaluación se realizará en la opción de enseñanzas académicas (para la iniciación al Bachillerato), en la de enseñanzas aplicadas (para la iniciación a la Formación Profesional) o en ambas, según decida el alumno. Será necesaria una nota mínima de 5 sobre 10 para aprobar.
Es esencial hacer esta prueba para obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Este se conseguirá con una calificación igual o superior a 5 puntos sobre 10, que se calculará a partir de la nota media de las calificaciones de cada materia (70%) y la nota de la evaluación final (30%).

En este ciclo gana importancia la implicación de los padres, que recibirán al final de cada curso un denominado "consejo orientador". En este se recogerá el grado de adquisición de las competencias básicas e, incluso, "se propondrá a padres o tutores" el itinerario más adecuado para el alumno, un programa de mejora del aprendizaje y el rendimiento o un ciclo de Formación Profesional Básica, según el caso.
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Reválida en Primaria, ¿cómo serán las pruebas?

Reválida en Primaria, ¿cómo serán las pruebas?

Exámenes de evaluación en Primaria

Un examen en el tercer curso de Primaria evaluará las competencias básicas en comunicación lingüística y matemática
La implantación de estas pruebas de evaluación abarcará a todo el país y a todos los ciclos, incluido Primaria. En esta etapa, el objetivo es detectar cualquier problema para "posibilitar la adopción temprana de las actuaciones encaminadas a resolverlos". Se han establecido evaluaciones al final de cada ciclo, "en puntos críticos de cada etapa educativa".


Se realizará un examen al final del tercer curso. La prueba servirá para comprobar "el grado de adquisición de las competencias básicas en comunicación lingüística y matemática". Habrá otra prueba al acabar sexto, pero esta no tendrá efectos académicos, sino que servirá para comprobar si se han adquirido las competencias básicas y se han cumplido los objetivos de esta etapa. Su resultado "tendrá carácter informativo y orientador para los centros, el equipo docente, las familias y los alumnos".

Las pruebas ganan relevancia en este ciclo, puesto que es fundamental que la trayectoria educativa sea óptima desde el principio. Por este motivo, se concederá más importancia a "la atención personalizada de los alumnos, la realización de diagnósticos precoces y el establecimiento de mecanismos de refuerzo". En cuanto a las características generales de las pruebas, su diseño recaerá en el Ejecutivo, aunque se ha previsto consultar a las comunidades autónomas.

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La reválida de la ESO será un test con 350 preguntas

La reválida de la ESO será un test con 350 preguntas

Novedades :
  • Sólo se podrán suspender dos materias para presentarse a la prueba
  • Los padres podrán elegir la lengua en la que sus hijos harán los exámenes
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    Hasta 350 preguntas tipo test decidirán si un alumno consigue el título de secundaria y de bachillerato. El Ministerio de Educación tiene a punto el decreto que regulará las reválidas que introduce la Lomce, una de las principales novedades de esta ley. Según este, el departamento que dirige José Ignacio Wert ha optado por un formato de respuestas de elección múltiple más una abierta que medirá la expresión escrita de los estudiantes.

    Con la ley Wert ya no bastará con aprobar las asignaturas de la ESO y el bachillerato. Los alumnos deberán superar una prueba al final de cada etapa. En primaria, el borrador del decreto prevé una reválida sin efectos académicos. Es decir, todos los alumnos estarán obligados a examinarse, pero esta evaluación no determinará si un estudiante aprueba la primaria y pasa a la ESO, sino que lo harán los profesores como siempre. Sólo será una prueba orientativa para los docentes y los padres. Las comunidades autónomas se encargarán de diseñar estos exámenes y de aplicarlos. Se trata de una de las medidas que Catalunya reclamó en el Senado hace unos meses, antes de la aprobación definitiva de la Lomce, cuando denunció de nuevo "invasión de competencias".
     
     
    El curso que viene los alumnos que empiecen 6.º de primaria ya tendrán que enfrentarse a estas pruebas. Pero es posible que en Catalunya no se produzcan grandes cambios. Desde el 2009 los alumnos catalanes pasan una evaluación final en este curso para radiografiar la salud del sistema educativo, también sin efectos académicos y orientativa. "En Catalunya seguiremos realizando la prueba de 6.º curso como hasta ahora", afirma la consellera de Ensenyament, Irene Rigau.

    En la ESO y bachillerato la cosa cambia. El Ministerio de Educación diseñará las reválidas de 4.º de secundaria y 2.º de bachillerato y determinará los contenidos y el peso para calcular la nota final de cada estudiante. El borrador del decreto, al que ha tenido acceso este diario, señala que los alumnos de 4.º de ESO se podrán presentar a la reválida con un máximo de dos asignaturas suspendidas siempre que no coincidan lengua castellana y matemáticas. En el caso de Catalunya, lengua catalana tendrá la misma consideración y también deberá aprobarse para realizar la reválida. Las preguntas test se dividirán en tres partes y se medirán los conocimientos en "lengua, matemáticas, ciencias y tecnología, sociales, emprendeduría y la competencia y expresiones culturales". Los alumnos se examinarán de cuatro asignaturas obligatorias y tres optativas, que no podrán ser ni ética ni religión. Además, el borrador del decreto lleva un dardo pensado especialmente para Catalunya: los padres podrán elegir la lengua en la que se examinan sus hijos, castellano o catalán. La nota final de la ESO y que determinará la obtención del título saldrá de la ponderación de la nota del expediente académico y la de la reválida. La del expediente valdrá un 70% y la de la reválida un 30%. Si se superan los cinco puntos, el alumno obtendrá el graduado escolar.
     
     
    En bachillerato el esquema de prueba es prácticamente igual. Pero en este caso la reválida cuenta más para calcular la nota final, un 40%, y el expediente académico un 60%. Se trata de la misma ponderación que se utiliza ahora con la selectividad para obtener la nota de acceso a la universidad. Sin embargo, para poder presentarse a la reválida de 2.º de bachillerato el estudiante tendrá que aprobar todas las materias.

    Las reválidas de ESO y bachillerato llegarán el curso 2016- 2017, pero servirán sólo como prueba piloto y no determinarán si los estudiantes consiguen el título. En el curso siguiente, 2017- 2018, ya estarán a pleno rendimiento y entonces sí deberán superarse para aprobar estas dos etapas educativas. La selectividad, además, desaparecerá. Cada universidad establecerá pruebas de acceso propias, aunque en Catalunya las universidades y el Govern han pactado establecer algún tipo de examen similar al de la selectividad. Así ordenarán la entrada a las facultades de una forma parecida a la actual. El decreto también prevé que los alumnos que suspendan las reválidas tengan la opción de repetir la prueba en convocatorias posteriores.
     
     
    Este miércoles el Ministerio de Educación mantendrá una reunión técnica con las comunidades autónomas y la semana que viene Wert se encontrará con los consejeros de Educación para tratar el borrador. La consellera de Ensenyament confía en modificar su contenido igual que se hizo con la prueba de 6.º de primaria. "Las reválidas son unos de los aspectos de la Lomce que tenemos recurridos ante el Constitucional por invasión de competencias, porque las pruebas generales las debe realizar la administración que tiene las competencias sobre educación, en este caso la Generalitat", señala Rigau. En el plano concreto del decreto, la titular de Ensenyament considera que no se pueden tratar igual "etapas diferentes, y la reválida de ESO y bachillerato son muy parecidas". "En la secundaria, el objetivo de la etapa no se corresponde con la prueba final de examen; la ESO es una etapa integral, y la reválida que prevé el real decreto pone el foco en unas pocas materias y obvia las asignaturas artísticas, algunas científicas y la tecnología", reflexiona Rigau.

    

     
     
     

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